Un TPV, siglas que significan Terminal Punto de Venta, es un dispositivo que funciona como un híbrido entre un ordenador y un cajero automático y se encuentra en muchos establecimientos comerciales. Su función principal es la de ser un terminal de pago conectado al ordenador central del negocio, de manera que se pueda procesar el pago de los productos o servicios que se ofrecen.
El TPV suele estar formado por una pantalla táctil, un lector de tarjetas de crédito o débito y un sistema de impresión de recibos, entre otros elementos. Además, también puede contar con un escáner para leer códigos de barras y una báscula para pesar productos en el caso de establecimientos como supermercados o tiendas de alimentación.
El uso de un TPV permite a los comerciantes y negocios agilizar el proceso de pago y ofrecer mayor comodidad a sus clientes, ya que no es necesario llevar dinero en efectivo. Además, los TPV suelen estar conectados a una red que permite la gestión centralizada de las ventas y los pagos, lo que simplifica el proceso contable y de gestión de inventarios.