El tóner es un componente esencial para la impresión en impresoras láser, fax y fotocopiadoras. Se trata de un depósito de tinta seca, compuesta por partículas de polvo que se cargan eléctricamente. La tinta se adhiere al papel mediante un proceso electrostático, en el cual se carga negativamente el papel y se aplica un rayo láser que activa la carga eléctrica del tóner para que se adhiera a la superficie del papel.
El tóner se presenta en forma de cartuchos, que suelen ser fáciles de cambiar en la mayoría de los modelos de impresoras láser. El tamaño y la capacidad del cartucho varían según el modelo de la impresora y la cantidad de impresiones que se requieren. Algunos cartuchos de tóner se pueden recargar, lo que puede ser una opción más económica que comprar cartuchos nuevos, aunque esto no siempre es recomendable, ya que puede afectar la calidad de la impresión y la vida útil de la impresora.
Es importante tener en cuenta que el tóner seco puede ser peligroso si se inhala, por lo que se debe manipular con precaución y evitar el contacto directo con la piel y los ojos.